LA ORTOGRAFÍA DE LOS NOMBRES PROPIOS


Hay que decirlo con contundencia: los nombres propios sí tienen ortografía! porque se repite de profesor en profesor, de alumno en alumno, de secretaria en secretaria y de generación en generación que no. Pero, quién no se indigna y protesta y exige rectificación cuando su nombre, el de su empresa, el de su colegio, el de su ciudad, el de su país... está mal escrito.


NOMBRES EN ESPAÑOL

Si su nombre es español, debe escribirse según las normas aplicables a cualquier otra palabra del idioma. Por ejemplo, Juan es sin tilde por ser monosílabo; Ordóñez es con tilde por ser palabra grave terminada en zeta; Beatriz, Ortiz, Matiz, Falquez se escriben sin tilde porque son palabras agudas terminadas en zeta; Raúl, Esaú, Eloísa, Araújo, Piedrahíta, María son hiatos y por eso deben tildarse.

Luis y Ruiz van sin tilde, pues, según la norma 13 de 1952, el grupo ui se cuenta como una sola sílaba para efectos de acentuación.

Enrique es con una sola ere, puesto que nunca va doble ere entre consonante y vocal. García-Peña conserva el acento del primer componente porque hay guión; Martinezguerra y Araujonoguera pierden las tildes de los primeros componentes porque no tienen guión Algunos nombres conservan la ortografía propia del español antiguo: Xavier, Ximena y Alexandra se escriben con una equis que en el siglo XIII tenía un sonido parecido a la sh inglesa o a la equis portuguesa de Xuxa. Sonido que siglos después había evolucionado algutural que pasó a escribirse con la jota. Otros conservan la doble ese, que fue letra del alfabeto español hasta el siglo XVIII: Panesso, Bossio...

Hay que tener en cuenta ciertos cambios que algunos individuos y algunas familias han querido introducir como distintivos de su identificación. Por ejemplo, el Betancur de Belisario está españolizado, a diferencia del Betancourt francés de muchos de sus parientes; el Córdova del general José María es con uve a diferencia de casi todos los demás Córdobas; hay Caycedo como el de Germán Castro Caycedo y Caicedo como el de Juan Martín; hay Cortés como el de la Chiva , pero, no olviden que lo Cortez no quita lo Cabral . Esas peculiaridades hacen más complejo el problema ortográfico de los nombres propios, pero no significan que no tengan ortografía.

Ahora bien, si las normas de pronunciación se aplican a todas las palabras del mismo idioma, mal podría alguien exigir que, por ejemplo, la jota siempre suene gutural, menos en su nombre, donde debe pronunciarse como ye. Si escribe Jairo, no pretenda que le digan Yairo; si escribe Chocoramo no pretenda que los consumidores le digan Chocorramo; si escribe Aerorepública no exija a los pasajeros que digan Aerorrepública; si escribe Miryam, usted no se llama Miriam sino Miryam (Mir-yam) y si escribe Lucia sin tilde le tendrán que decir Lucia (como Lucio) y no Lucía.

Como en español la hache no suena, han abundado las haches en los nombres femeninos: Helena, en vez de Elena, Martha en vez de Marta, Bertha en vez de Berta y, por supuesto, como hay que ser original , lo contrario, la supresión de la hache, también se da: Noemí en vez de Nohemí y Nora en vez de Nohora. Por eso, a las damas hay que preguntarles no solamente cómo te llamas? sino, además, cómo se escribe tu nombre? . Es parte de la caballerosidad de hoy.

Nombres en otros idiomas Cuando no se trata de nombres españoles, hay que escribirlos con su correcta ortografía según el idioma. Por ejemplo, Stella ( estrella en italiano), John (Juan en inglés), Henry (Enrique en inglés)... Por supuesto, en estos casos, no se aplican las normas fonéticas españolas. No es cortés decirle Jon en vez de Yon a John, o pronunciar Michelsen en vez de Miquelsen el segundo apellido del ex presidente López Michelsen.

No escriba Anderson cuando dirija su correspondencia a Arthur Andersen; ni Hoestch cuando presente su hoja de vida a Hoechst, ni Phillips cuando haga un pedido de bombillas Philips, ni Philips cuando quiera leche de magnesia Phillips. Y cuídese mucho de declararle su amor a Jeannette, si está enamorado de Janeth.

Por: FERNANDO AVILA. El Tiempo.



'Me llamo Venusedanas y quiero que me devuelvan mi nombre'

La historia de los que se cambiaron la identidad y ahora están arrepentidos.


 Venusedanas Artemissund Eonaclaires Titaniamoon está arrepentido.


Así aparece identificado en su registro civil Edward Yesid Rodríguez Amaya, quien en septiembre del 2010 decidió cambiarse de nombre a través de una escritura pública. Sin embargo, ahora se lanzó a una batalla jurídica para echar para atrás su decisión, debido a que la legislación colombiana establece que la modificación solo se puede hacer una vez.

Venusedanas cuenta que desde finales del 2009 sufrió un“trastorno mental”, identificado como “ezquizoafectivo”, clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que, según él, fue diagnosticado por varios médicos.

En una tutela que llegó en segunda instancia a la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia argumentó que su nuevo nombre se debió a que dicha enfermedad le causó que cambiara su manera de actuar y su aspecto físico, porque creyó que era mujer. Agregó que inscribió el cambio de su identidad en septiembre del 2010 en un “estado de inconciencia”.

Ahora, casi tres años después, Venusedanas Artemissund quiere que le regresen su nombre, básicamente porque comenzó a sufrir depresión y porque se “sentía rechazado por la sociedad” y por su familia, debido a que vestía prendas femeninas. Pero explicó que, tras un tratamiento psicológico, recuperó su “consciencia y personalidad”.

Hoy, dice que, por su nombre, no ha podido conseguir empleo y que no se ha inscrito en una institución académica porque “siente pena que sus compañeros o profesores se burlen de él”. Sumado a esto, su religión no aprueba que se llame como una mujer. Por eso, le pide a la Corte Suprema que le ordene a la Registraduría Nacional del Estado Civil que le devuelva su nombre.

La ley solo lo permite una vez: Registraduría

En el proceso, dicha entidad dice que no puede hacer un nuevo cambio de su identidad porque la ley (artículo 94 del Decreto 1260 de 1970) indica que solamente se puede hacer una vez y le recomienda a Venusedanas que debe adelantar un proceso voluntario “para que este determine cuál es su verdadera identidad”.

El pasado 4 de abril, la Sala Civil de la Corte no le dio la razón a Venusedanas. En el fallo, cuya ponencia es del magistrado Jesús Vall de Ruten Ruiz, se señala que tiene otras opciones jurídicas para hacer el cambio y porque no acreditó que el cambio sea un “grave menoscabo de sus garantías que ameriten la intervención del juez constitucional”.

Al final del fallo, el magistrado De Rutén argumentó que “el nombre del suplicante, si bien es ciertamente inusual, no tiene la inequívoca connotación femenina que en la solicitud de amparo se le atribuye”.

Los otros arrepentidos

Los altos tribunales se han enfrentado en varias ocasiones a estas peticiones. En la Corte Constitucional se conocen este tipo de solicitudes desde el 2008, de personas que han tutelado para cambiarse su nombre por segunda vez y solicitan a los magistrados que le ordenen a la Registraduría Nacional que les devuelva su identidad y, prácticamente, sus vidas.

Uno de los casos es el de un hombre que creyó tener definido que era mujer y por eso cambió de nombre y se hizo varios tratamientos hormonales para ello. Sin embargo, le contó a la Corte que se dedicó a la prostitución y a “la degradación personal” que lo llevó a la reflexión. “Decidí dejar atrás todo y empezar a soñar con tener una esposa con quien pudiera compartir el resto de mis días e, igualmente, poder tener hijos y poder sostener un hogar con un trabajo digno”, argumentó.

Otra petición de un arrepentido se registró el año pasado, cuando un hombre decidió cambiarse el nombre en el 2007 porque“deseaba ajustarlo a su identidad religiosa”. No obstante, cuatro años después inició un proceso para transformase como mujer. “Sentí que mi sexo no correspondía a la construcción de identidad de género que deseaba”, dijo.

Esta persona le certificó a la Corte que ya llevaba un tratamiento de hormonización, mamoplastia y extirpación de los testículos. Sin embargo, la Notaría le negó la posibilidad de un cambio debido a que, tal como lo argumenta la Registraduría, solo se puede una sola vez.

También, en el 2012 se registró otro proceso, el de un joven que fue llamado Sergio, pero, cuando llegó a los 18 años, se cambió de nombre por Julián. Sin embargo, después se convirtió en transgenerista (se cambió de sexo), por lo que solicitó a la Registraduría que le cambiara el nombre por Juana, algo que fue negado por la misma razón.

Para estas tres personas, la Corte Constitucional se ha convertido en la tabla de salvación. Sin embargo, en los fallos ha aclarado que son casos excepcionales en los “que la aplicación inflexible de la restricción legal compromete el plan de vida de una persona que ha tomado medidas incluso de carácter quirúrgico para conseguir una determinada identidad”.

Ahora, Venusedanas Artemissund Eonaclaires Titaniamoon espera que su caso corra con la misma suerte. La tutela negada por la Corte Suprema ya fue escogida por una sala de revisión de la tribunal constitucional y se espera un nuevo pronunciamiento del tribunal por este polémico tema.

ANDRÉS GARIBELLO
REDACCIÓN ELTIEMPO.COM

 

Los nombres masculinos más comunes en Colombia


Desde 1952 la Registraduría Nacional del Estado Civil guarda en el Archivo Nacional de Identificación (ANI) los nombres de los colombianos. En el registro estadístico del ANI existen 19.446.635 nombres de hombres, entre los cuales algunos se repiten de manera más frecuente que otros, de acuerdo con los gustos y las tradiciones de los colombianos.

Según el ANI, José es el nombre sencillo masculino más predominante en todo el territorio nacional con 1.679.871 personas registradas, seguido de Luis con 1.211.922 registros, Carlos con 676.087 ciudadanos, Juan con 643.556 y Jorge ocupa el quinto lugar con 489.590 registros.

En cuanto a los nombres compuestos, Juan Carlos es el nombre más frecuente con 153.176 registros, seguido de Luis Alberto con 120.271, Carlos Alberto con 115.365, Luis Eduardo con 108.448 y Luis Fernando 93.385.

Las cifras evidencian que en general los colombianos prefieren los nombres sencillos a los nombres compuestos.

Del análisis por ciudades se desprende que en Bogotá y Cali el nombre de hombre más comun es José, el mismo que ocupa el primer lugar en el ranking nacional, mientras que en Medellín el nombre más frecuente es Luis, seguido de Juan.

Jesús, John y Francisco son nombres más comunes en Medellín que en otras ciudades del país. En Bogotá y Cali el nombre de Diego es relativamente frecuente, y en Barranquilla los nombres de Rafael, Manuel, Julio y Miguel se ubican entre los 10 más usados, a diferencia de otras ciudades del país.

En cuanto a los nombres de hombre compuestos, en la capital colombiana el nombre más usado es Juan Carlos con 27.316 registros al igual que en la ciudad de Barranquilla con 4.598 registros. Luis Fernando es el nombre más predominante en la ciudad de Medellín con 10.359 registros y en Cali es Carlos Alberto con 8.978 registros.
Diego Fernando es un nombre más común en Cali que en otras ciudades de Colombia. Lo mismo ocurre con John Jairo y Andrés Felipe en Medellín;  con los nombres de Jorge Enrique y  Carlos Andrés en Bogotá, o Jorge Luis y José Luis en Barranquilla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 





 

Datos a 10 de noviembre de 2010, suministrados por la Gerencia de Informática de la Registraduría Nacional del Estado Civil.


 

Santiago y Valentina son algunos de los nombres de moda de los niños colombianos

De acuerdo con la información contenida en este sistema, en la última década, algunos de los nombres de los niños colombianos que han sido más utilizados por los padres para bautizar a sus hijos son Santiago, Valentina, Sebastián, Mariana, Nicolás, Isabella, Alejandro y Daniela. Desde el año 2000 a la fecha, los nombres que han estado de moda son Valentina con 69.947 niñas registradas, Mariana con 42.023 y Daniela con 39.013 registradas. En el caso de los niños los nombres favoritos de los papás colombianos son Santiago con 74.291 registros, seguido de Sebastián con 46.865 y Alejandro con 25.120 menores registrados.
            
También es muy común que los padres, para hacer más llamativo el nombre de sus hijos, lo combinen con otro. Los nombres compuestos más utilizados en los niños colombianos son Juan David, Andrés Felipe y Juan Sebastián. Para el caso de las niñas los más frecuentes son Laura Valentina, María Camila y María José. Por ciudades, en Bogotá es más frecuente el nombre de Felipe que en otras partes del país, mientras que Emmanuel y Jesús David son nombres comunes en Barranquilla y Medellín y Simón es un nombre que le gusta más a los paisas. En cuanto a los nombres de niñas, Manuela y María Isabel son  más usados en Medellín y Alexandra, Laura Vanessa y Angie Paola en Barranquilla.




   
Datos a 10 de noviembre de 2010, suministrados por la Gerencia de Informática de la Registraduría Nacional del Estado Civil. 



 

1.691.862 colombianos tienen un nombre único

A la hora de elegir el nombre para bautizar a sus hijos, los padres hacen despliegue de toda su creatividad usando en muchas ocasiones nombres únicos y raros. Anteriormente, los padres sacaban los nombres de figuras bíblicas, de algún personaje de película extranjera o del almanaque Bristol, entre otros. Los ciudadanos cuyos nombres son sin tocayo, llaman la atención de las personas porque son muy curiosos, muchas veces son tan raros que son difíciles de pronunciar, y por su extrañeza ocasiones marcan la personalidad de su portador. 1.691.862 es la cantidad de ciudadanos sin tocayo en Colombia, hay nombres que van desde palabras en otros idiomas, gentilicios y hasta productos de uso común.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos a 12 de noviembre de 2010, suministrados por la Gerencia de Informática de la Registraduría Nacional del Estado Civil. 


 

En Colombia hay 34.175 homónimos: personas con el mismo nombre y apellido



En Colombia los casos de homónimos son muy comunes, cuando se presentan las personas deben saber manejar la situación.



En Colombia, los casos de homónimos son muy frecuentes y cuando se presentan, las personas no saben quien más pueda llevar su mismo nombre.

Estas situaciones hay que saber manejarlas, ya que su homónimo puede ser un cantante, un humilde campesino o también un prófugo de la justicia.

De acuerdo con el Archivo Nacional de Identificación, ANI, en el país hay un total de 34.175 homónimos de nombres masculinos y femeninos, sencillos y compuestos, con uno y dos apellidos.
  
El homónimo compuesto masculino que más predomina es Luis Alberto Rodríguez con 356 registros y le sigue el nombre femenino María del Carmen Rodríguez con 320 registros.

De los homónimos de nombres sencillos, el más frecuente de hombre es Jaime Rodríguez con 296 personas registradas, seguido del nombre femenino Rosalba Rodríguez con 172 registros.

En los homónimos, el apellido que más se repite es Rodríguez, ya que es el más común en todo el territorio nacional con 707.786 colombianos registrados.  Entre los homónimos más frecuentes con dos apellidos están Luz Marina Rodríguez Rodríguez, Juan Carlos Rodríguez Rodríguez y María del Carmen Rodríguez Rodríguez.



Datos a 4 de noviembre de 2010, suministradoas por la Gerencia de Informática de la Registraduria Nacional del Estado Civil.



 

¿Está aburrido con su nombre? ¡Cámbieselo!



Datos a 16 de noviembre de 2010, suministrados por soporte técnico de la Gerencia de Informática

Quizás usted puede pensar que el cambio de nombre requiere muchos trámites que pueden ser difíciles y engorrosos. Antes, cuando los abuelos tomaban el calendario y bautizaban a sus hijos con el nombre que caía ese día, no había más remedio que dejarlo así hasta los últimos días de su existencia.

No obstante, actualmente se puede cambiar con tan solo el trámite de una escritura pública y ante notario, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 6º del Decreto 999 de 1988, el cual modificó al artículo 94 del Decreto Ley 1260 de 1970.

Para el cambio de nombre el titular del registro civil de nacimiento podrá, por una sola vez, modificar, sustituir, rectificar, corregir o adicionar el nombre, con el fin de fijar la identidad personal.

La expresión “por una sola vez”, prescrita por la norma citada, sólo aplica para los mayores de edad, ya que en el caso de los menores, si el representante legal fija el nombre mediante escritura pública, cuando el inscrito llegue a la mayoría de edad, podrá cambiarlo mediante el otorgamiento de otra escritura pública.

El proceso para el cambio de nombre inicia cuando se inscribe en el correspondiente registro civil del interesado, caso en el cual el funcionario de registro civil que tenga en su archivo el registro, procederá a la apertura de un nuevo folio con las modificaciones correspondientes.
 Es decir, si está pensando en cambiarse el nombre, podrá hacerlo una sola vez porque así lo establece el Decreto 1260.

Los trámites pueden ser adelantados por el propio inscrito, o en su defecto, por sus padres si es un menor de edad. El cambio se realiza mediante una escritura pública ante notario para cambiar, rectificar, adicionar o suprimir alguna partícula “de” en el caso de las mujeres casadas.

Entre el 1 de enero y el 20 de octubre de 2010 un total de 301 colombianos inscribieron cambios de nombre y apellido en el registro civil de nacimiento, luego de agotar el proceso de otorgamiento de escritura pública ante notaría.

A estas cifras se suman las 76.024 rectificaciones por cambios o correcciones de nombre y/o de apellido en la cédula de ciudadanía. La rectificación cuesta $31.800 y se adelanta no sólo cuando culminó el proceso de cambio de nombre mediante escritura pública, sino también cuando el ciudadano desea corregir la forma de escribir el nombre o el apellido, o cualquier otro dato de la cédula, porque no coincide con la información consignada en el registro civil de nacimiento.

En lo corrido de 2010 la rectificación más frecuente de cédula es la del primer apellido con 28.243 cambios o correcciones, seguida por la rectificación o corrección del segundo apellido con 28.154.

Así mismo, 9.234 ciudadanos han realizado cambios o correcciones en su primer nombre y 10.393 en su segundo nombre.

Nombre y sexo


En Colombia el nombre no es indicador del sexo. Nuestro ordenamiento jurídico deja a voluntad de las personas la asignación del nombre de pila; es así como una persona de sexo femenino puede asignársele un nombre que, por costumbre, se le asigna a alguien de sexo masculino y viceversa, sin que esto implique cambio de sexo.

En consecuencia, si una persona de sexo masculino desea cambiar su nombre para adoptar uno de sexo femenino puede hacerlo mediante escritura pública sin que esto implique cambio de género.

Es el caso de los que se llaman con nombres anglosajones que  utilizan tanto hombres como mujeres en Colombia.

En este caso, el documento de identidad se expedirá con el nuevo nombre, pero el sexo del ciudadano queda igual al registrado en la primera cédula tramitada.

Ahora bien, si lo que realmente existe es un cambio fisiológico de sexo -por intervención quirúrgica- este cambio se tiene que decretar mediante una sentencia judicial, con base en la cual se harán las respectivas correcciones del caso en el registro civil correspondiente a través de la apertura de un nuevo folio.

Posteriormente, con el registro civil corregido se deberá solicitar la rectificación de la cédula de ciudadanía, en la cual se cambiará el nombre y además el sexo del ciudadano.



Características del nombre

El Decreto Ley 1260 de 1970 establece en los artículos 3 y 4 que el nombre es un derecho absoluto de la persona por lo tanto “Toda persona tiene derecho a su individualidad y por consiguiente al nombre que por ley le corresponde”. Los componentes del nombre comprenden: Los nombres y apellidos o seudónimo con los que se busca individualizar a cada miembro de una familia y su asignación la deja el Estado a la voluntad de las personas.

Los apellidos tratan del origen histórico del nombre y la necesidad de establecer un vínculo con el núcleo familiar al que se pertenece. La cartilla de Registro Civil en su segunda edición explica también las características del nombre que se describen a continuación:

El nombre es inalienable e indisponible. Significa que es un derecho personalísimo que carece de valor pecuniario y  no puede venderse ni cederse gratuita u onerosamente.

Cumple una función identificadora. El nombre es un elemento necesario para la adecuada individualización de las personas que integran determinado grupo social.

El nombre es tutelado por la ley. Goza de protección legal como lo estipula el artículo cuarto del Decreto Ley 1260.

Es irrenunciable. Siendo el nombre un derecho subjetivo que cumple una función social pública e identificadora de la persona como integrante de un grupo social en el que vive y del cual es protagonista de relaciones jurídicas, la renuncia no es permitida porque no sólo contempla el interés individual del titular sino de toda una sociedad y del mismo Estado.

Las implicaciones del cambio de nombre aplican en todos los ámbitos porque la nueva identidad obliga a procedimientos legales detallados porque se debe cambiar el registro civil, las cédulas de ciudadanía, los diplomas de bachiller, universidad, postgrados, el pase de conducir, entre otros.


 

^ ^ \ö son algunos de los caracteres especiales que pueden llevar los nombres colombianos


Con corte a 12 de noviembre de 2010. Datos suministrados por la Gerencia de Informática de la Registraduría Nacional del Estado Civil.

Estos nombres con caracteres especiales se encuentran más que todo entre los indígenas colombianos.

Los pueblos indígenas tienen características particulares en su lenguaje y su cultura es ágrafa, lo que quiere decir que no posee signos propios para la escritura.

Todas las tribus indígenas tienen un lenguaje diferente y de ahí surgen los nombres con caracteres por fuera de nuestro alfabeto tradicional. 27 letras y 2 dígrafos, que son dos letras juntas que representan un solo sonido componen el abecedario, lo que quiere decir que símbolos como ¥ \¾, son lo que conocemos como caracteres especiales.

Incorporación de caracteres especiales en la cédula de ciudadanía

Cuando llegaron los computadores a Colombia, los teclados venían configurados en inglés y no tenían incorporados los caracteres como la ñ. Con el pasar del tiempo, la Registraduría Nacional del Estado Civil vio la necesidad de implementar estos caracteres, ya que al momento de tramitar los documentos de identidad como  registro civil de nacimiento, tarjetas de identidad y cédulas de ciudadanía, algunos nombres venían con caracteres especiales.

Con la llegada del Programa de Modernización Tecnológica en su Segunda Fase, PMTII, este inconveniente fue solucionándose.

Anteriormente al momento de ingresar los nombres que llevaban consigo caracteres como ^\ä, salian símbolos como # % &, lo que quería decir que en ese espacio iba algún carácter especial.

En la actrualidad lo que se hace para corregir los datos es reemplazar el símbolo manualmente, se corrige el ANI si es necesario, se actualiza el PMT y al momento de imprimir la cédula, ésta sale con el carácter especial que lleve el nombre.

Con la implementación del Número Ünico de Identificación Personal, NUIP, al momento de registrar un niño, si su nombre tiene algún carácter especial éste va a quedar grabado de inmediato en la base de datos de la Registraduría y no habrá necesidad de uqe al momento que cumpla la mayoría de edad haya la necesidad de realizar alguna corrección.




Más de 38 millones de colombianos vivos y muertos están en las bases de datos de la Registraduría Nacional


 



Con corte al 31 de octubre de 2010. Datos sumnistrados por la Gerencia de Informática de la Registraduría Nacional del Estado Civil.

El Archivo Nacional de Identificación, ANI, y el Sistema de Información de Registro Civil, SIRC, son dos bases de datos que guardan la información de los ciudadanos colombianos cuando  realizan algún trámite de identificación.

El ANI graba los datos de los ciudadanos al momento de expedir su cédula de ciudadanía y la renovación de la tarjeta de identidad y el SIRC se alimenta la expedición de los registros civiles.

Estas dos bases de datos se complementan para lograr verificar la plena identidad de una persona. 

Archivo Nacional de Identificación, ANI

El ANI está conformado con los datos alfanuméricos  de los ciudadanos colombianos cedulados desde 1952 y también es la base para conformar el Registro de los votantes o censo electoral.

Esta base de datos contiene los datos biográficos, impresiones dactilares y el lugar y fecha de expedición de la cédula de ciudadanía.

El ANI se utiliza para validar las solicitudes de cédulas de ciudadanía y su poder radica en la cantidad de información recopilada que puede cruzarse con otras bases de datos existentes en la Registraduría.

En el ANI reposan aproximadamente 710 millones de impresiones dactilares de más de 38 millones de colombianos, que en algún momento se han acercado a la Entidad a realizar trámites de identificación desde el año 1952, cuando comenzó la expedición de la cédula blanca laminada, hasta este año.

De los 38 millones de colombianos que se encuentran incluidos en el ANI, 33.504.312 personas están vivas y 4.886.611 personas han sido canceladas por muerte.

Estas más de 710 millones de impresiones dactilares corresponden a la toma de las huellas de cada uno de los 10 dedos de la mano del ciudadano, que son incorporadas a la base de datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil cuando realizan algún proceso de identificación, bien sea de cédula de ciudadanía o de renovación de tarjeta de identidad.

En muchos casos, de un mismo ciudadano hay varios juegos de huellas, ya que se toman sus impresiones dactilares al tramitar su cédula por primera vez, cada vez que solicita un duplicado y cuando la renueva.

La depuración de este dinámico archivo se logra a través  de la incorporación de los registros civiles de defunción, la información remitida por los juzgados sobre la pérdida de derechos con relación a las personas condenadas y las altas y bajas en los miembros de las Fuerzas Armadas, remitida por el Ministerio de Defensa a la Registraduría Nacional del Estado Civil.

 Las copias de los actos administrativos que ordenan estas actualizaciones en el ANI son los soportes de procesos de depuración.
Esta base es utilizada por diferentes entidades desde el año 2008 cuando la ley 1163 del 3 de Octubre de 2007 estableció las tarifas para el cruce de datos con los archivos electrónicos de la Registraduría.

La consulta de la base de datos se puede hacer vía Web.

Para acceder al servicio se requiere la aplicación del protocolo de seguridad establecido por la Dirección Nacional de Identificación  de la Registraduría, la firma de un contrato que incluye un protocolo de seguridad por parte de la Entidad interesada en consultar el ANI mediante la creación de un nombre y contraseña.

Sistema de Información de Registro Civil, SIRC

El Servicio Nacional de Inscripción en el Registro Civil fue creado mediante el decreto 3167 de 1968 como organismo adscrito al DANE, para centralizar, unificar y administrar la información relativa a los hechos y actos sujetos de inscripción en el Registro del Estado Civil. 
En 1989, el Decreto 1028 asignó a la Registraduría Nacional las funciones del Servicio Nacional de Inscripción. La Entidad recibió del DANE los archivos magnéticos de registros civiles que ese Departamento Administrativo había conformado con fines principalmente estadísticos y que se continuaron por parte de la Registraduría.

Dentro de la primera fase del Programa de Modernización Tecnológica, PMT I,  que culminó en el año 2001, se trasladaron estos archivos al nuevo sistema, que además permitió la expedición de registros civiles de nacimiento, matrimonio y defunción, así como la expedición de tarjetas de identidad y la preparación de cédulas de ciudadanía en las oficinas sistematizadas.

De esta manera se conformó una base de datos con toda la información de los registros civiles y las tarjetas de identidad que se complementó con el Archivo Nacional de Identificación, ANI, lo cual permitió establecer controles sobre los datos en la expedición de registros y tarjetas y, por tanto, una sustancial mejora en el servicio a cargo de la Registraduría. 

Esta base de datos conformada por datos biográficos y numéricos se complementó con la creación de una base de datos de imágenes denominada Gestión Electrónica de Documentos, GED, constituida a través de la digitalización de los seriales de registros civiles de nacimiento, matrimonio y defunción existentes en el Archivo Físico Central.

 

 


En el marco de la segunda fase del Programa de Modernización Tecnológica, PMT II, que comenzó en el año 2006,  se adoptó para esta base de datos el nombre de Sistema de Información de Registro Civil, con la sigla SIRC, y se incluyeron los siguientes subproyectos:

a. La conexión, en línea, de 1.200 oficinas en forma concurrente y simultánea.

b. La conexión de 900 nuevas oficinas, con lo cual hoy se encuentran sistematizadas todas las Registradurías Especiales, Municipales y Auxiliares, al tiempo que se ha avanzado significativamente en la sistematización de notarías, hospitales y consulados.

c. Se efectuaron ajustes orientados a actualizar y mejorar esta base de datos y se adicionaron nuevas aplicaciones, entre las que podemos destacar: la incorporación de las notas que se agregan a los registros civiles, ya sea en el momento de su expedición o con posterioridad; la incorporación de observaciones, para aquellas cuestiones que el sistema no puede percibir (por ejemplo, la falta de una firma); la opción de corrección de errores de digitación al grabar los registros; la expedición de oficios de respuesta a solicitudes de los ciudadanos, las entidades públicas o privadas o las oficinas autorizadas para ejercer la función de registro civil; y el historial civil del inscrito que compila todos los registros civiles y documentos de identificación de una determinada persona.

d. Se grabaron en el sistema 12,2 millones y se digitalizaron 41,2 millones de registros civiles, con lo cual se avanzó sustancialmente en la actualización del SIRC.


 


Luz Marina y María del Carmen son los nombres femeninos más comunes del país


Desde hace algunos años, los nombres como Teresa de Jesús, Marina, Dolores, entre otros quedaron en el pasado. Los padres tomaban como referencia la Biblia para sacar los nombres inspirados en ángeles y santos, con los que bautizarían a sus hijas.  En la actualidad las colombianas están utilizando nombres más modernos, pero María sigue siendo el campeón.

Aunque las generaciones cambian, según el ANI, María con 2.654.835 registros es el nombre femenino que más predomina en Colombia, y el preferido en las grandes ciudades, seguido por Luz, con 790.323 registros. En cuanto a los nombres compuestos, Luz Marina es el más frecuente, con 153.357 registros, seguido de María del Carmen, con 137.760.
 
Del análisis por ciudades se desprende que aunque varía el orden de preferencia, nombres como Diana, Sandra, Claudia, Martha, Rosa, Ana, Gloria, Carmen y Blanca se ubican dentro de los 10 primeros lugares en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

La única novedad es la frecuencia del nombre Olga, en Barranquilla, por encima de otras ciudades del país. Las diferencias entre ciudades se observan más claramente en el análisis de nombres compuestos. En Bogotá son más recurrentes nombres como Diana Carolina, Diana Marcela, María Teresa y Olga Lucia; en Medellín hay más ciudadanas con nombres como Luz Elena y Paula Andrea, en Cali son frecuentes los nombres de María Fernanda, Martha Cecilia, Martha Lucia y Paola Andrea y en Barranquilla  se repiten nombres como Carmen Alicia, Carmen Cecilia y María Concepción.






































Datos a 10 de noviembre de 2010, suministrados por la Gerencia de Informática de la Registraduría Nacional del Estado Civil.




Los nombres y apellidos curiosos del 2014 en Colombia


La Registraduría Nacional preparó para el cierre del 2014 un informe especial de los nombres y apellidos más curiosos y comunes que se registraron en el año en las distintas regiones del país, en el cual se encuentra de todo un poco.

Por ejemplo uno de los nombres más escogidos se dio por el jugador James Rodríguez, quien gracias a su popularidad dio paso a nombres como James Daniel, James Jampier, James David, Jhon James o James de Jesús.

El reporte señala que también fueron comunes los nombres de José Néstor, por el técnico Pekerman; Mario Alberto, por el defensa Yepes, o Farid, por el retirado arquero Mondragón.

El boom de los nombres de los deportistas no sólo se quedaron en los futbolistas, también la bicicrocista Mariana Pajón fue inspiración en al menos 8.100 veces para que los papás llamaran así a sus hijas. Igual situación fue con Katherine Ibarguen, nombre usado en al menos 500 veces. Los nombres de los ciclistas Rigoberto y Nairo, por Urán y Quintana, lo emplearon en al menos 156 veces.

Otros padres al registrar a sus hijos rindieron homenaje al fallecido premio noble de literatura Gabriel García Márquez, el cual fue usado por lo menos 2.600 veces.

El reporte de la Registraduría además señala que los nombres de los futbolistas internacionales Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, igualmente ayudaron a los padres a registrar a sus hijos en 69 y 43 ocasiones respectivamente.

Entre los nombres más comunes usadas en niñas en 2014 estuvieron Shakira, Isabela, Mariana, Luciana, Salomé y María José.

También se reportó un top de nombres sencillos y exóticos, como por ejemplo Sharasared, Iscel, Jermayori, Jhaydider, Seykunawia. En nombres compuestos están Amy Rhousse, Akemy Luu, Hanny Zater y Lexi Mar.

Igualmente se vieron nombres con muchos caracteres, como por ejemplo Earlyn Daniela Ales Sandra, Germayannys de los Ángeles, Juana Valentina de Aranzazu, María Dorila Concepción.

Los nombres compuestos masculinos son Juan José, Juan David, Samuel David, Jesús David, Miguel Ángel, Juan Sebatián, Samuel Alejandro, Luis Angel y José Luis. Entre los más curiosos estuvieron Deivi Jean, Derek Joa, Dilan Jael, Elkin Yais, Elyn Romeo, Euro Jesús, Ever Habiu, Evis Arvey Ewin Yesid.

En el grupo de apellidos curiosos registrados en el 2014 en Colombia estuvieron Ajeeb, Urbino, Klemmensen, Suhaychara, Tallefero, Zafirekudo, Domeneghini, Doqueresama, Guaciricama, Guambuguete, Pichilengue, Llactacondor y Axyerchimana.

Entre tanto los apellidos más comunes en el país siguen siendo Rodríguez, Martínez, Uriana, Mosquera, Pérez, Cortés y Muñoz.

Finalmente por departamentos el apellido más común es Valle, Valencia; Antioquia, Gómez; Santander, Rodríguez, Norte de Santander, Rodríguez; Bolívar, Martínez; Tolima, Rodríguez; Caldas, García, Risaralda, Ramírez; Bogotá y Cundinamarca Rodríguez; Risaralda, Ramírez; Magdalena, Martínez; Atlántico, Rodríguez; Sucre, Pérez; Córdoba, Martínez; Amazonas, Ramos; Putumayo, López y Nariño, Cortés, entre otras regiones.




En Colombia hay 36.856 apellidos sin tocayo



Así como existen nombres sin tocayo,

36.853 ciudadanos llevan apellidos que

también están en este selecto grupo,

ya que su apellido no lo comparten

con ningún otro colombiano.


Los apellidos, a diferencia de los nombres,

no son elegidos por los padres para

sus hijos, no se escogen, ni son provenientes

de la imaginación, sino que son heredados, el primero por el padre y el

segundo por la madre.


Naipe, Rabo, Quezado, Balladalez, Chuquiguara, Doronosoro,Caleffi,

Balladalez, Letamo, Maass y Henos, son algunos de los apellidos en

Colombia que conforman la lista de apellidos “sin tocayo”, es decir,

apellidos curiosos, de origen extranjero, que en Colombia tienen

un único portador. 

Algunos de los apellidos sin tocayo pertenecen a grupos de
indígenas de nuestras etnias colombianas.



Datos a 19 de octubre de 2010. Información suministrada por la Gerencia de Informática
de la Registraduría Nacional del estado Civil.